En
principio podría resultar comprensible (aunque por supuesto discutible) la oposición de la iglesia romana si tenemos
en cuenta su perspectiva del matrimonio
como sacramento que comprende exclusivamente la unión de un varón con una mujer y en tal
sentido puede aceptarse que aquellos políticos y funcionarios católicos tengan
una posición consistente con su fe, aunque siempre remarcamos el hecho de que
los legisladores deben legislar para todos los ciudadanos independiente de su
confesión de fe. Especialmente en lo que
refiere al matrimonio como una institución de carácter civil, y no religioso,
el cual en todo caso quedaría circunscrito
a las comunidades de fe que así lo entiendan.
Pero
este documento pone en flagrante evidencia la postura misma que tiene el
Vaticano con respecto a la homosexualidad
y las relaciones entre personas del mismo sexo tratando a la primera de “anomalia” y a las relaciones
homosexuales como inmorales y “pervertidas”
según dicen se desprende la lectura de los textos bíblicos. Las mismas no pueden ser aprobadas en bajo
ninguna circunstancia.
Justamente
recomiendan procurar que los estados “traten de contener el fenómeno (homosexual) dentro de límites que no
pongan en peligro la moral pública y sobre todo que no expongan a las nuevas
generaciones a una concepción errónea de las sexualidad y del matrimonio que
las deje indefensas y contribuya además a la difusión del fenómeno mismo” como
si se tratase de una forma de enfermedad contagiosa, oponiéndose en forma “clara incisiva” a la promulgación de
leyes tan “gravemente injustas”.
1)
Argumentos de orden social: “Las legislaciones favorables a las uniones
homosexuales son contrarias a la recta
razón” y por lo tanto son injustas y contrarias
al bien común de la estructura social(!). “Estarían orientadas a causar el oscurecimiento de la percepción de ciertos valores morales
fundamentales y las desvalorización de la institución matrimonial.
2)
Argumentos de orden biológico y antropológico: “porque no están en condiciones
de asegurar adecuadamente la procreación y la supervivencia de la especie humana”
y porque está ausente la dimensión
conyugal creando obstáculos al desarrollo normal de los hijos eventualmente vinculados
a esta clase de uniones lo cual también es inmoral.3)Argumentos de orden social: No es correcto invocar el principio del respeto a los derechos humanos y a la no discriminación porque “distinguir entre personas o negarles algún derecho legal o un servicio social es admisible si se opone a la justicia”, y como se ha señalado según el pensamiento Vaticano las relaciones homosexuales precisamente “son injustas”.
Aseguran
además que “existen suficientes razones para afirmar que tales uniones son nocivas
para el recto funcionamiento de la sociedad humana” aunque no se explica cuales
son esas razones, más que la idea de que son “contrarias a la recta razón”
3)
Argumentos de orden jurídico: las uniones homosexuales no exigen una específica
atención por parte del ordenamiento jurídico porque no cumplen el papel de
garantizar el orden de la procreación y porque no sirven al bien común(!)
Finalmente
la iglesia romana insta a los políticos y legisladores no solo a oponerse enérgicamente
a tales uniones sino que además les pide hacer lo posible para abrogar aquellas conquistas que ya han
sido conseguidas.
En
definitiva este documento es una aberración porque recurre a razonamientos
falsos que inducen al error y al engaño al punto que prácticamente no es
necesario explicar mucho para demostrar su gran falacia.
¿Será
que esta mirada tan negativa de los máximos
líderes católicos hacia las relaciones homosexuales es una consecuencia de la
forma perversa y criminal con que ellos la han vivenciado a lo largo de la
historia y particularmente en los últimos años en que se han hecho públicos infinidad
de casos de abuso infantil por todas partes del globo?
En
lo que respeta a la
República Argentina , desde la promulgación de la ley de
Matrimonio Igualitario al día de la fecha se han producido más de 6.000
enlaces, y nada ha cambiado, no se ha destruido la institución de la familia,
no se ha degrado la moral social ni se ha cumplido ninguno de los nefatos
presagios de los oponentes fundamentalistas religiosos. Eso sí, existen 6000 parejas que son más felices que antes , y
miles y miles de personas que sin haberse aún casado o quizás nunca se casen, sienten que han sido valorados
y reconocidos en su derechos y dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario