Desde hace más de una década, John Smid es líder del tristemente célebre ministerio “ex – gay” conocido como Love in Action (Amor en Acción) que entre sus particulares técnicas para “cambiar” manda que sus clientes dejen de usar las marcas de ropa interior que fomentan conductas gay (!), como Kalvin Klein, por ejemplo. De todos los ministerios “ex –gay” este fue siempre el más parecido a una secta en la que el mismo Smid controla de cerca la vida social de sus clientes que pagan una buena cantidad de dinero para ingresar a sus programas residenciales.
El nivel de control mental a que Smid apunta en sus terapias religiosas es sorprendente. En una entrevista periodística explicó que “si una pared es amarilla (apuntando a una pared de ese color) y Dios me dice que es azul (!), entonces tengo que creer que es azul”. Aplicado a la homosexualidad, entonces aunque yo sea homosexual Dios me dice que no lo soy y luego tengo que creer que no lo soy.
La semana pasada Smid se atrevió a realizar una confesión muy osada para un líder de sus características que como sabemos todos viven una permanente mentira. Según acaba de reconocer las atracciones homosexuales son altamente improbables de cambiar, más aún, ha dicho que “en realidad jamás encontré un hombre que haya cambiado sus atracciones homosexuales a heterosexuales”. Por supuesto que Smid sigue creyendo que las personas gay tienen que reprimir y luchar contra su natural sexualidad con la ayuda de ministerios como el suyo para agradar a Dios y salvarse de la condena eterna.
Él mismo está casado desde hace unos cuantos años con una mujer que si no lo sabía, ahora puede estar segura de que su esposo nunca dejó de ser homosexual. Y si el tan famoso John Smid no lo logró, ¿que se puede esperar de sus clientes?
En fin, la farsa “ex –gay” seguramente va a seguir tan “saludable” como pretenden sus líderes que responden a los imperativos de la derecha religiosa de los EEUU muy nerviosa por los logros y cambios que se vienen produciendo en materia de derechos de las minorías sexuales en ese país como en tantos otros.
Días atrás, el candidato de la derecha política norteamericana Herman Caine hizo saber que según su convicción la homosexualidad es una elección, al tiempo que el ex Senador y presidenciable Republicano Rick Santurum dijo que los homosexuales pueden convertirse en heterosexuales, de lo cual manifestó tener mucha evidencia.
La declaración de Smid se produjo en un buen momento como para contrarrestar esa ola de ignorancia que nace del poder. ¿lo logrará? Lamentablemente será silenciado o minimizado por el mismo poder, como generalmente sucede.
Tenemos que recordar que existe una larga lista de “ex –gays” valientes que reconocieron el fracaso de sus ministerios, pero siempre fue después de abandonar esas organizaciones.
El nivel de control mental a que Smid apunta en sus terapias religiosas es sorprendente. En una entrevista periodística explicó que “si una pared es amarilla (apuntando a una pared de ese color) y Dios me dice que es azul (!), entonces tengo que creer que es azul”. Aplicado a la homosexualidad, entonces aunque yo sea homosexual Dios me dice que no lo soy y luego tengo que creer que no lo soy.
La semana pasada Smid se atrevió a realizar una confesión muy osada para un líder de sus características que como sabemos todos viven una permanente mentira. Según acaba de reconocer las atracciones homosexuales son altamente improbables de cambiar, más aún, ha dicho que “en realidad jamás encontré un hombre que haya cambiado sus atracciones homosexuales a heterosexuales”. Por supuesto que Smid sigue creyendo que las personas gay tienen que reprimir y luchar contra su natural sexualidad con la ayuda de ministerios como el suyo para agradar a Dios y salvarse de la condena eterna.
Él mismo está casado desde hace unos cuantos años con una mujer que si no lo sabía, ahora puede estar segura de que su esposo nunca dejó de ser homosexual. Y si el tan famoso John Smid no lo logró, ¿que se puede esperar de sus clientes?
En fin, la farsa “ex –gay” seguramente va a seguir tan “saludable” como pretenden sus líderes que responden a los imperativos de la derecha religiosa de los EEUU muy nerviosa por los logros y cambios que se vienen produciendo en materia de derechos de las minorías sexuales en ese país como en tantos otros.
Días atrás, el candidato de la derecha política norteamericana Herman Caine hizo saber que según su convicción la homosexualidad es una elección, al tiempo que el ex Senador y presidenciable Republicano Rick Santurum dijo que los homosexuales pueden convertirse en heterosexuales, de lo cual manifestó tener mucha evidencia.
La declaración de Smid se produjo en un buen momento como para contrarrestar esa ola de ignorancia que nace del poder. ¿lo logrará? Lamentablemente será silenciado o minimizado por el mismo poder, como generalmente sucede.
Tenemos que recordar que existe una larga lista de “ex –gays” valientes que reconocieron el fracaso de sus ministerios, pero siempre fue después de abandonar esas organizaciones.
En la foto el líder "ex-gay" John Smid
Tomado de www.truthwinout.com
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