Hace pocos días recibimos la esperada noticia de que
finalmente el estado norteamericano de California hizo ley la prohibición de
practicar terapias reparativas para “salir de la homosexualidad” a menores de
18 años. Una iniciativa que alegra mucho
a todos aquellos/as que sabemos del inmenso daño psicológico y emocional que
estas terapias causan especialmente a aquellos más
desprotegidos y vulnerables.
Según Wayne Besen,
director de TWO (La Verdad Vence) las
terapias reparativas se alimentan de una ciencia barata para justificar creencias religiosas que
condenan la homosexualidad. Según Besen la nueva ley es muy significativa pero tan solo un primer paso porque la idea de que
éstas terapias son efectivas está
ampliamente difundida dentro de muchos
espacios religiosos cristianos y usufructuada por profesionales inescrupulosos
que ganan dinero a costa de quienes “manifiestan
tener una sexualidad “indeseada”.
Una de las organizaciones que nuclea a esta clase de
terapeutas es el NARTH (Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de
la Homosexualidad” cuyo director Joseph Nicolosi dijo recientemente que el 50% de sus pacientes son jóvenes menores de
edad, lo cual resulta muy preocupante.
Obviamente estos pseudo -profesionales (porque distorsionan lo que hoy día dice la ciencia engañando a los indoctos y desprevenidos) están
muy enfurecidos con la posibilidad de que esta clase de medidas se extienda a
otros estados y países, pues perderían el 50% de su negocio.
Según Nicolosi,
importa que los jovencitos tengan sinceros deseos de cambiar, pero
sabemos que los mismos llegan presionados por sus entornos familiares y
religiosos, mientras que los terapeutas
jamás les preguntan las razones de porqué supuestamente desean “cambiar” ni consideran esas presiones.
Lo cierto es que Nicolosi no tiene historias reales con
personas de carne y hueso para dar testimonio de que fueron cambiadas. De hecho –según señala Besen- cuando el Dr. Robert Spitzer fue movido a
realizar su tan criticado estudio sobre
estas terapias, Nicolosi no puedo aportar ni una sola persona curada.
Días pasados en
ocasión de un conocido programa
de radio en el que debatió Wayne Besen con uno de los principales apologistas del
NARTH, éste recordó al ex miembro del
directorio que fue descubierto viajando a Europa con un taxi-boy hace apenas dos años. La respuesta fue que George Reckers no tuvo
ni requirió sexo por parte del jovencito
que consiguió de la página
RentBoy.com. En efecto el NARTH no cree
que Reckers fuera gay, sino que simplemente recibió algunas sesiones de masajes de su “acompañante”. ¿No es ésta una clara muestra de la manipulativa negación que
el NARTH intenta realizar con los
jóvenes LGTB?
Quien sea honesto podrá preguntarse como pueden funcionar estas terapias si ni siquiera le
sirvieron a quien fuera uno de los principales “científicos” del NARTH. Si el hombre que escribió libros acerca de como cambiar alquila acompañantes
masculinos de una página gay, ¿Qué esperanza le queda a quienes leen esos libros?...